La pobreza rural en Chile y Latinoamérica: el nuevo enfoque de la geografía para el desarrollo rural.


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El desarrollo rural ha sido para el nuevo enfoque que tiene el país, una de los pilares importantes para el progreso de la pobreza rural que presentan los gobiernos no solo en Chile, sino que también en todo Latinoamérica y porque no del mundo.

Según lo expresado en clases, el termino de Desarrollo según Brunet en el año 2001, consiste en “el estado superior del crecimiento, cuando todo el programa ha sido completado, cuando el equilibrio estable y económico ha sido alcanzado”. El cual es el principio global de todo proyecto, en que cada política y medida tomada en consideración fuera evolucionando de una forma tan concreta y pautada, que logre el cumplimiento de objetivos cada vez superiores y benefactores.

Para reducirlo aun nivel mas concreto para este trabajo, hablaremos de un desarrollo rural, el cual es una especificación del a definición antes dada, es decir que tiene orientado su objetivo a un aumento y mejoramiento de la producción y productividad agrícola en un determinado territorio idóneo para este. Esta tiene como importancia transformarse en un elemento básico para el bienestar de los pobres rurales, y ser un elemento serio dentro del mundo rural.

Dentro de lo que se establece dentro del mundo rural, hay que tener claro que no todos son de carácter agricultor, lo cual puede formar una distorsión en el ingreso familiar, en lo que respecta en lo económico, ya que al mejorar la calidad de vida de las personas se logra revitalizar los aspectos sociales de dicha población rural.

Este pensamiento se puede ratificar con el planteado por el FIDA, en la década de los noventa y expuesto en la clase del ramo, en el cual “la ampliación de oportunidades de acceso o bienes y servicios y el fortalecimiento de las capacidades de decisión de las comunidades rurales y en particular, de aquellos sectores y estratos marginales y subordinados”.

Esta idea se puede englobar de mejor forma en un concepto, el cual es el de desarrollo local, la cual tiene como núcleo tener una mirada flexible y perpendicular sobre las experiencias urbanas y rurales, este es lo más parecido al diseño conceptual del que maneja los hilos y la velocidad de la población plural y la que es cada vez mas móvil, ya que se ordena, transforma y apropia de un territorio, la cual finalmente termina amoldándose a la administración del presente e imaginar el futuro interrelacionado mejorado.

Pero lo que parece una idea muy propicia y muy accesible, en el caso de Latinoamérica se ha vuelto una preocupación debido a un acentuó de algunos puntos de pobreza y falta de desarrollo.

Esta preocupación se ve reflejado en el texto de ILPES, que menciona: “El tema de la pobreza y falta de desarrollo de las zonas rurales ha sido motivo de preocupación central de gobiernos y entidades privadas ya desde la revolución industrial. La causa principal es que el sector rural, a pesar de su contribución a la economía y su carácter crítico como proveedor de alimentos, es al menos ha sido hasta no hace mucho tiempo ha perdido importancia relativa en la economía mundial.”. (Roura y Cepeda, 1999)

Aunque suene catastrofista dicha frase, el desarrollo rural, tiene un gran benefactor, el cual es la agricultura que aún juega un papel fundamental en la disminución de la pobreza rural. A grandes rasgos, el desarrollo rural no ha tenido lugar en aquellas regiones en las que simultáneamente no se experimentaron incrementos en la productividad agrícola; quizás, juzgando por la exitosa experiencia checa, expuesta por North, éste sea el principal factor para el desarrollo. Los requerimientos para incrementar la productividad agrícola (estructura de incentivos, tecnología, infraestructura, etc.) se hallan mucho más identificados que las condiciones y medios para promover el desarrollo rural no agrícola. Sin embargo, aún subsiste el dilema de que las estrategias para promover el desarrollo agrícola son más fáciles de identificar y aplicar en aquellas zonas en las que el entorno natural, el estado de la infraestructura, y la viabilidad de las empresas agrícolas, son favorables.

Casos Latinomericanos:
En América Latina se han tomado una serie de medidas en las cuales, ha tenido diferentes programas y medidas en los cuales ha tenido diferentes resultados durante su época, en el caso de Chile y Perú la creación de un sector agrícola familiar viable sobre la base de tenencias privadas no fue un objetivo, y en la mayoría de casos se hizo poco para superar limitaciones que no fueran las de tierra, o para proveer un entorno favorable de incentivos. En otros lugares, los programas se han interrumpido por la resistencia de los propietarios locales a la expropiación, y por presupuestos inadecuados.

Algunos países, como Brasil, Paraguay y Argentina, han tratado de usar la colonización en áreas de frontera para evitar este problema, pero esto ha tenido la capacidad de beneficiar a sólo un número relativamente pequeño de agricultores, o ha provisto de servicios de apoyo inadecuados que no han hecho más que transplantar pobreza a nuevas áreas. Más recientemente, con el mayor interés por el impacto en los derechos de propiedad, el modelo de expropiación de reforma agraria no se ve más factible y los costos fiscales de un programa a gran escala se muestran desanimantes. Por consiguiente, los esfuerzos se han focalizado en la regularización de títulos de propiedad, pero esto también ha probado ser difícil por el nivel de esfuerzo burocrático requerido.

Más frecuentemente se encuentra la incertidumbre en las tenencias de tierra, y los tamaños muy pequeños de predios han servido simplemente como limitantes en la efectividad de otros programas. Como resultado, las intervenciones de los gobiernos han fallado usualmente en tener un impacto positivo en la situación de la pobreza, aún cuando las intervenciones se justificaron sobre la base de objetivos de alivio a la pobreza.

Posteriormente los diferentes pensamientos latinoamericanos se emparejan, con las nuevas políticas de reforma agraria y colonización, la mayoría de intervenciones de política en el pasado, se focalizaron en la agricultura comercial.

Anterior a la década de los noventa, las exportaciones agrícolas, en algunos países, fueron gravadas considerablemente por medio de políticas de precios y de tarifas. El crédito subsidiado junto con las concesiones impositivas compensó en una muy pequeña proporción el ingreso transferido fuera de la agricultura. Los pobres del área rural, principalmente pequeños propietarios de agricultura de subsistencia, usualmente fueron sólo indirectamente afectados por tal política de entorno. La mayoría del crédito subsidiado fue a predios de comercio agrícola más grandes. En varios países, el precio de la tierra se incrementó, lo que reflejó el acceso a subsidios, excluyendo o dejando de lado a los pequeños propietarios. El entorno de incentivos favoreció típicamente el capital de alta intensidad, lo que resultó en el reemplazo de trabajo, sobretodo permanente, por maquinaria, y pérdida de oportunidades del salario laboral en el sector. La mayoría de los elementos dañinos de la política gubernamental, y gran parte de los subsidios fueron eliminados en los noventas. Sin embargo, la reducción en la demanda de trabajo agrícola por fincas comerciales permaneció como su legado.

Los proyectos de irrigación auspiciados por el gobierno no fueron enfocados hacia los pobres; sin embargo, cumplieron con el objetivo de promover la producción intensiva con un uso escaso de tecnología moderna, aunque a costos extremadamente altos por hectárea o por beneficiario. No obstante, los pobres se han beneficiado sólo por medio del incremento de demanda de trabajo casual.

Sin embargo, ha habido mayores éxitos con respecto a tecnologías adecuadas para operaciones de gran escala altamente capitalizadas principalmente; y escaso éxito con tecnologías adecuadas para pequeños agricultores escasamente capitalizados, especialmente aquellos en áreas marginales. Nuevamente los más pobres entre los pequeños propietarios recibieron escasa atención en la práctica, en parte debido a las conexiones entre extensión y crédito, ya que solo los que tenían créditos recibían asistencia técnica, o con organizaciones representantes de los intereses de productores comerciales.

Con los resultados ya enfocados sobre la política agraria se puede mencionar que la transformación de la tenencia de la tierra, la creación de agrupaciones de coordinación y previsión financiera con es la caso de las cooperativas ayudo también a la asistencia tecnológica e industrial del mundo rural. Este pensamiento va enfocado principalmente a lo que en epoca propone la CEPAL, que observa “a la reforma agraria, como mecanismo para aprovechar mejor el potencial de ahorro y promover la movilidad social, satisfacer la creciente demanda de alimentos y mejorar la dieta, y elevar el nivel de vida de la población rural” ( Sepúlveda, 2003).

Estas propuestas coinciden con formulaciones similares que se venía haciendo en la CEPAL, en las que se también se planteaba la necesidad de tener un mecanismo para “poder aprovechar de mejor forma el potencial de ahorro y promover la movilidad social, satisfacer la creciente demanda de alimentos y mejorar la dieta, y elevar el nivel de vida de la población rural”.

Aunque se puede apreciar que cuando se examina la composición de la pobreza, queda en evidencia que la mayoría de los pobres rurales no dependen exclusivamente de la agricultura; sino que, en menor o mayor medida, complementan los ingresos de la finca con ingresos fuera de la misma. Generalmente, uno o más miembros del hogar, emigran durante parte o todo el año para obtener ingresos como trabajadores asalariados, en fincas de mayor extensión explotadas comercialmente, como trabajadores temporarios, o como empleados domésticos en la ciudad. Los hogares rurales pueden también participan en actividades complementarias, como el comercio menor, manualidades y otros servicios. Muy frecuentemente, las actividades no-agrícolas o fuera de la finca, alcanzan una proporción elevada de los ingresos en efectivo; y, su presencia o ausencia, marca la diferencia entre la pobreza y la extrema pobreza. Complementado lo antes mencionado se puede mencionar que a los pobres rurales se han separado económicamente habitualmente a los que poseen hogares de trabajadores sin tierra y los que tienen, llegando a la conclusión, de que los sin tierra suelen ser más pobres que aquellos hogares que tienen acceso a una parcela.

La tierra es un tema importante dentro del desarrollo rural, debido a que el tamaño de la propiedad en las zonas rurales pobres depende del grado de densidad poblacional en las tierras arables, pero lo más común es que fluctúe en un rango de 1 a 5 hectáreas. Generalmente, estas extensiones de tierra, si no son irrigadas y si son extensamente explotadas, no pueden sostener niveles de consumo que superen la línea de pobreza extrema, salvo que existan otras fuentes de ingreso. En efecto, propiedades sustancialmente mayores, no necesariamente implican ingresos mayores, como ocurre en áreas marginales donde decenas de hectáreas no alcanzan más que los niveles de subsistencia. Hay que tomar ademas en consideración que la mayoría de los hogares rurales pobres en la región no son terratenientes.

Se puede decir con seguridad que una proporción elevada de las tenencias de tierra de los pobres no poseen títulos ni están registradas; por dicha razón, no pueden ser utilizadas como garantías para acceder al crédito, y tienen menor valor de venta que las tierras con títulos. La falta de propiedad asegurada de las tierras se debe a varios motivos: en el caso de los indígenas, la tierra es generalmente un bien colectivo, y a veces no tiene reconocimiento legal. En otros casos, los agricultores pobres, o incluso sus ancestros se han establecido en las tierras sin obtener un título.

Otro aspecto a analizar es el sentido de dependencia y nivel educacional de los residentes de las zonas rurales, las cuales queda determinada por la habilidad para producir ingresos y el número de dependientes, donde los hogares que cuentan al menos con dos adultos activos y pocos o ningún niño, generalmente estarán mejor que aquellos hogares representados por una mujer jefe de familia junto con varios niños pequeños, o por dos ancianos cuyos hijos dejaron esa tierra.

Dichos patrones se acentúan con las diferencias en el nivel de educación, tal como ocurre con los grupos indígenas de menor nivel educativo. La diferencia entre el costo de la educación de los dependientes, y el beneficio de dicha educación entre los miembros de la población económicamente activa, es especialmente aguda para las clases pobres. Todas estas generalidades pueden aplicarse a nivel mundial, tanto en países desarrollados como en desarrollo. De todas maneras, son elementos importantes para diferenciar entre los distintos grupos de pobres rurales, y para identificar estrategias apropiadas para cada grupo por ejemplo, los hogares en los que la mujer es el jefe de familia.

Otro factor digno de analizar es la ubicación de la tierra, y donde se pone estos, debido a que los pobres tienden a concentrarse en zonas marginales para la agricultura, lo que trae como consecuencia, las faltas de técnicas para mejorar la fertilidad, nivelar el terreno, y proveer irrigación. En el caso de las poblaciones indígenas, es bien sabido que éstas perdieron sus tierras más fértiles y el acceso al agua con la llegada de conquistadores. Los pobres rurales generalmente no tienen acceso a caminos adecuados, agua potable, electricidad, comunicaciones, colegios secundarios, servicios públicos de salud, etc. En este aspecto, el nivel de vida de los pobres rurales es menor que el de los pobres urbanos.

En lo que respecta a su producción , esta es de estuilo la cual es de un estilo extensiva, la cual está orientada hacia la subsistencia, y el uso de insumos es mínimo, como asi tambien en el caso de la crianza de animales, sumado a que el cultivo rotativo en laderas, se ha utilizando para obtener variedades locales sin mejoras, es un sistema de producción muy común en America Latina.

Lamentablemente las variedades son pobres, la administración es mala, y las cantidades comercializadas son muy pequeñas como para obtener buenos precios o recibir apoyo a través de programas gubernamentales de investigación y de extensión. Los programas gubernamentales han prestado atención a los cultivos alimenticios y al ganado, pero se han concentrado en los sistemas de comercialización con alta utilización de insumos, por lo cual se ha tendido a ignorar a los sistemas de cultivo orientados hacia la subsistencia, o se ha tenido poco éxito en su implementación. De todos modos, algunos programas auspiciados por ONGs han demostrado que es posible incrementar sustancialmente la productividad mediante la utilización de técnicas trabajo-intensivas, mejorando la provisión de alimentos y el nivel de vida de los pobres.

Con los nuevos cambios en la economía regional, los efectos de la integración económica subregional y la creciente globalización de los mercados, ha traído como consecuencia cambios en la estructura del ingreso de los pobres rurales estructurales y transitorios.

Los pobres rurales presentan una pluralidad de actividades económicas cuyos componentes varían con las oportunidades y limitaciones que les brinda el entorno económico rural y urbano, variando periódicamente la proporción de sus ingresos obtenidos de la agricultura, el trabajo asalariado, la transformación y los subsidios de los gobiernos. La actividad económica diversificada del pobre rural es una característica importante en el diseño de políticas y estrategias de alivio a la pobreza rural.

Otro aspecto importante que provoca conflicto es la deforestación, el cual es un problema ecológico importante debido a la constante pérdida de recursos naturales renovables. La ganadería comercial y de subsistencia, la agricultura migratoria de roza y quema, la especulación de la tierra y la construcción de infraestructura vial están directamente relacionadas con la deforestación algunas zonas importantes de este subcontinente.

Como se menciono anteriormente la agricultura ayudo a bajar el nivel de pobreza rural en algunos países, pero también ayudo a las grandes empresa a lograr objetivos mas concretos, debido a que la mayoría del crédito subsidiado fue a predios de comercio agrícola más grandes. Investigaciones anteriores de sesgo exportador han generado más atención a los cultivos de alimentos en años recientes.

Nuevamente los más pobres entre los pequeños propietarios recibieron escasa atención en la práctica, en parte debido a las conexiones entre extensión y crédito, ya que solo los que tenían créditos recibían asistencia técnica, o con organizaciones representantes de los intereses de productores comerciales. En cualquier caso, debido a las limitaciones en la investigación, la extensión también ha tenido pocos mensajes apropiados que entregar. En general, los pequeños propietarios no tienen forma de canalizar ni la investigación ni la extensión en su agenda.

Los programas de crédito subsidiados prevalecientes antes de los noventas y ofrecidos principalmente por medio de la banca gubernamental o de programas de agencia de línea, han sido explícitamente justificados sobre la base de la pobreza de sus clientes rurales. Sin embargo, en la experiencia real, los pobres recibieron poco de la asistencia financiera ofrecida en su nombre, debido a que el criterio de elegibilidad no fue lo suficientemente estrecho para ser bien focalizado.

Los programas de gobierno para facilitar la comercialización también han fallado en alcanzar a los pobres del sector rural. Aún cuando el gobierno proveyó una política de precios mínimos potencialmente favorable a los agricultores, los productores de pequeña escala no se beneficiaron mayormente, debido a que estos últimos vendieron sus excedentes principalmente a intermediarios cuyos márgenes de intermediación reflejaron el tamaño de los predios, la calidad irregular, la distancia de los silos oficiales de compra y las relaciones de crédito de los pequeños agricultores con los intermediarios. Lo cual ha sido una combinación de los elementos arriba mencionados, con la esperanza de reducir las múltiples limitaciones para la creación de sistemas comercializables para pequeños propietarios agrícolas. Tales proyectos, se debe reconocer que han caído en descrédito, en parte sobre la base del supuesto de complejidad y de dificultad de coordinar los esfuerzos requeridos de las múltiples agencias de los gobiernos centrales, pero más importante, porque el necesario marco de incentivos tampoco estaba en su lugar.

En general, entre las principales fallas se peuden mencionar, la inhabilidad de promover cambios en la tenencia de tierra, la falta de paquetes tecnológicos adecuados para las condiciones de pequeños propietarios agrícolas, el beneficio capturado por mayor número de productores comerciantes, y a su vez más poderosos, la absorción de fondos por los gastos de las agencias implementadoras, y un paternalista y prescriptivo enfoque que desfavorece el beneficio de la "propiedad".

Mientras los principales proyectos y programas del gobierno fueron acumulando una historia de fracasos en la atención a la pobreza rural, un conjunto de diferentes enfoques estaban emergiendo en la base, con origen en las actividades de la Iglesia, cooperativas rurales, sindicatos, asociaciones comunitarias, grupos de estudiantes, organizaciones y técnicos gubernamentales, especialmente los agentes de extensión y trabajadores sociales. Estos caracterizaron el involucramiento de los beneficiarios en la planificación y construcción de pequeños trabajos públicos y otras actividades de beneficio a la comunidad.

Desde los finales de los ochenta hasta el presente, está ocurriendo un cambio de enfoque en los programas gubernamentales, con el activo apoyo del Banco Mundial. La cual posee ideas de proyectos descentralizados y participativos, los cuales se basan en los enfoques promovidos por las ONGs., la cual tiene como énfasis la de promover la participación de los beneficiarios -a menudo con la asesoría de las ONGs- en la identificación, financiamiento e implementación de pequeños subproyectos financiados en bloque, usualmente de naturaleza de infraestructura. También difieren de los fondos sociales en la promoción de la administración descentralizada, especialmente a nivel municipal, y la inclusión, en principio, de subproyectos cuya intención es mejorar los ingresos rurales.

Este tiene como idea ademas la de adquirir una mejora sustancial con respecto a volver y mejorar la focalización hacia los verdaderos pobres, de incrementar a los beneficiarios que son propietarios y control por parte de ellos, mínima absorción de fondos en los gastos burocráticos, y flexibilidad para responder a las condiciones variantes de las diferentes comunidades.

En general la combinación de descentralización y participación de los pobres son elementos necesarios pero no suficientes para un enfoque apropiado al alivio de la pobreza rural, dado que ofrecen medios para asegurar la entrega de beneficios relevantes a los pobres rurales en relación a otros, pero dejan todavía la pregunta abierta de cuáles beneficios cambiarían realmente el status de vida de los pobres rurales.

Dentro de las políticas y programas para la reducción de la pobreza, desarrollo rural y descentralización, que se han tratado de realizar se puede mencionar una combinación de instrumentos directos e indirectos que incluían el incremento del gasto social público, la reducción y/o el control sistemático de las tasas de inflación, el fomento del empleo, la concesión de subvenciones públicas, la creación de fondos de inversión social y la aplicación de programas de generación de ingresos.

Si bien no existen datos sobre la asignación del gasto social por sector de vivienda, se puede apreciar claramente un sesgo favorable hacia la inversión social en zonas urbanas, por sobre las regiones rurales. Esta situación, entre otras, explica la escasa atención al desarrollo del sector rural y la forma en que los mecanismos actuales tienden a perpetuar los niveles de pobreza rural. Las transferencias del sector público (subvenciones directas) a los hogares pobres se han utilizado como un instrumento adicional para la mitigación de la pobreza.

Otro aspecto importante de mencionar hace referencia a la ayuda financiera internacional, la cual en gran mayor parte de los países han destinado fondos de inversión social orientados a la población rural con apoyo de las instituciones financieras internacionales. Los fondos se consideran instrumentos participativos mediante los cuales las comunidades rurales pueden seleccionar y establecer infraestructura social con el apoyo financiero del Gobierno. Sin embargo, la limitada magnitud de los préstamos, la falta de una orientación productiva y comercial y el enfoque paternalista y con fines políticos de los mecanismos de desembolso han dado lugar a proyectos poco rentables o económicamente insostenibles, lo que ha reducido en medida considerable su eficacia como instrumento de alivio a la pobreza.

La Reducción de las desigualdes entre géneros tambien ha jugado un rol importante en las politicas gubernamentales, ya que se han ejecutado políticas y programas orientados hacia la reducción de las desigualdades sociales y económicas entre hombres y mujeres. Si bien, en las zonas urbanas se ha alcanzado cierto éxito, las mujeres rurales siguen experimentando un menor acceso a los recursos y servicios de producción y gozan a la vez de una condición social inferior. La muy limitada inversión pública en programas sociales y de producción destinados a las mujeres se orienta esencialmente a la promoción de actividades destinadas a los agricultores de bajos ingresos. En los países donde viven poblaciones indígenas numerosas, el analfabetismo entre las mujeres sigue siendo un grave problema para la mayor parte de los grupos étnicos.
El impacto de la crisis financiera y económica que se registró al final de los años 90 en muchos países de la región dio pie a que existiera un Criterios de selección para financiamiento, la que dio lugar a un incremento considerable de la pobreza rural. Al mismo tiempo, este fenómeno económico redujo la capacidad de los gobiernos para seguir financiando el gasto público en el sector social y los programas de mitigación de la pobreza en curso.

Todo esto, junto con el enfoque vertical y paternalista y el “padrinazgo” político, ha limitado gravemente el impacto de los programas de inversión social y de reducción de la pobreza. Pero esto tambien dio pie a que se iniciertan en America Latina una serie de cambios entre los que se encuentra: la introducción del criterio de eficacia en función del costo en los programas de gasto social y reducción de la pobreza , la sustitución del enfoque paternalista de mitigación de la pobreza por otro enfoque orientado a la producción/obtención de ingresos ; y la aplicación gradual de un enfoque más democrático y participativo en la planificación y ejecución de los programas de desarrollo rural y reducción de la pobreza.

Los modelos económicos aplicados al inicio de los años 90 no consideraron al sector rural ni a la agricultura campesina como actores importantes del proceso de desarrollo. Sólo la agricultura comercial exportadora era apoyada mediante medidas y disposiciones explícitas de carácter económico y financiero, sin que implicaran servicios directos del estado a ese sector, ya privatizado en su demanda y oferta de servicios. Como la aplicación de los ajustes estructurales generó un proceso de empobrecimiento general, la asistencia al desarrollo rural y el alivio a la pobreza fue enfrentado a través de los ya mencionados “fondos de inversión social”. Este modelo apoyado por las instituciones financieras internacionales partía de la hipótesis de que el desarrollo económico global era suficiente para reducir paulatinamente la pobreza urbana u rural.

Mientras el desarrollo global estimulaba el empleo y los niveles de ingresos, en forma transitoria los “fondos de inversión social” asistían y apoyaban a las necesidades mínimas de las poblaciones pobres bajo un claro enfoque “asistencial” hacia la pobreza. El sector rual no constituía un elemento prioritario del desarrollo económico de los países. Los sectores afectados por niveles de pobreza se reducirían conforme la economía crecía en forma dinámica.
Otro antecedente importante como política social es el propósito de eliminar las desigualdades de género en las zonas rurales, tomados en cuenta que dicha discriminación está arraigado en el entorno cultural del medio rural, el machismo, los prejuicios basados en el sexo presentes en el derecho consuetudinario y en los marcos jurídicos e institucionales de los países. Este último caso está representado por los obstáculos jurídicos relacionados con la herencia, la compra y tenencia de la tierra; por la exclusión de la mujer rural como beneficiaria directa de programas de crédito; o por las restricciones jurídicas asociadas con la compra y venta de bienes de valor. Esto se trato de apalear dándole las condiciones de vida ideales tales como el acceso a la propiedad sobre la tierra, el acceso a los servicios formales financieros y de asistencia técnica y un buen nivel de instrucción y a oportunidades de capacitación con el fin de mejorar la competencia técnica y directiva.

La globalización también ha repercutido directamente al mundo rural, de tal modo que se generado opciones tales como una expansión de las exportaciones para los países que ofrecen ventajas comparativas bien establecidas respecto de determinados productos y que ya han comenzado el proceso de integración en los mercados internacionales. Otro aspecto en vista puede ser apreciado con la sustitución de las importaciones, en su mayor parte en los sectores agroindustrial y de elaboración de alimentos, sobre la base del fuerte apoyo político que estas actividades han recibido de varios gobiernos. Aunque no hay ningún motivo intrínseco que limite el acceso de los productores en pequeña escala a estas oportunidades, en realidad éstos se ven amenazados por la mayor competitividad de las empresas más grandes que tienen vínculos más estrechos con los mercados. Además, los mercados de productos internacionales en los que están obligados a ingresar los pequeños agricultores que tienen una escasa capacidad para hacer frente al riesgo son notablemente inestables y con frecuencia, en los países importadores, aplican un conjunto de medidas proteccionistas.

El acceso a la tierra que en un principio se intento implementar en la reforma agraria sin resultados, ahora se han transformado en una reforma agraria basada en la expropiación, entre las nuevas oportunidades de obtener acceso a la tierra figuran instrumentos tales como criterios de reforma agraria de carácter comercial, establecimiento de mercados de arrendamiento de la tierra, nuevas formas de aparcería, acuerdos contractuales para explotar los bosques comunales o los territorios indígenas, etc. Sin embargo, este ha tenido problemas, tales como el establecimiento de objetivos incompatibles en relación con las políticas agrarias y los programas de desarrollo rural complementarios, determinadas políticas crediticias, la fijación de impuestos sobre la tierra y la inversión pública en infraestructura, la presencia de prejuicios en contra de los campesinos en las legislaciones vigentes sobre propiedades rurales o las proporciones de cultivos, acuerdos de arrendamiento de tierras públicas a corto plazo, la falta de aplicación de los reglamentos en materia agraria. Un desafío adicional consisten en eliminar el sesgo de género presente en la legislación vigente sobre tierras rurales que suele discriminar a la mujer por ejemplo, el derecho sucesorio y de propiedad.

Otros aspectos que no que perder de vista, son los que hacen referencia al fortalecimiento del capital humano y social se relaciona directamente con la mejora de la capacidad de integración de la población pobre y marginada a la corriente central de las actividades económicas, sociales y políticas locales, regionales y nacionales. Ante los retos del desarrollo rural y la reducción de la pobreza en un contexto global de economía de mercado, las poblaciones beneficiarias necesitan disponer de una serie de conocimientos básicos de lectura, escritura, matemática y aptitudes para la gestión productiva agropecuaria, microempresarial, laboral y de servicios. El mejoramiento de la capacidad de gestión en poblaciones rurales pobres crea y mejora la percepción de las oportunidades y limitaciones de la producción agrícola y no agrícola, así como de las posibilidades laborales existentes en los espacios rurales que las circundan, aumentando al mismo tiempo la capacidad de incorporar mejores tecnologías para los procesos productivos y económicos.

La competitividad de mercado para la producción agrícola y no agrícola rural, es un desafio ya que consiste en aumentar la productividad y competitividad de los pequeños agricultores y empresarios pobres, con el objeto que éstos puedan llegar a los mercados existentes de manera eficaz y rentable reduciendo los costos de transacción mediante la formación y consolidación de organizaciones económicas rurales, así como mediante una asociación equitativa con el sector privado comercial y agroindustrial.

Lo anteriomente mencionado no seria posible sin el manejo y conservación de los recursos naturales , debido al deterioro paulatino de los recursos naturales que constituye un problema importante para la producción agropecuaria sostenible en las zonas rurales de Latinoamérica, sumado que hay proyectos que indican que es posible reducir exitosamente los riesgos de deterioro ambiental y mejorar la calidad de los recursos naturales aprovechados por los pobres rurales.

Una cierta igualdad de generos ayudaran ademas a permitir una ayuda importante en el desarrollo rural debido a desigualdades importantes entre hombres y mujeres, las mujeres rurales, sean éstas esposas o cabezas de familia, se encuentran marginadas de los servicios y beneficios de los programas de desarrollo agrícola o rural, así como, de participar activamente en los procesos de desarrollo local. Lo cual no es bueno bajo ninguna ciricnstancia en este nuevo desarrollo rural.

El Fortalecimiento del capital social de la población rural pobre , influye en este nuevo mapa rural, ya que la subsistencia de las comunidades rurales pobres está basada en la construcción y mantenimiento de redes sociales de solidaridad que operan tanto en el ámbito social, como productivo. Para el fortalecimiento del capital social, se requieren estrategias operacionales en 3 niveles : el fortalecimiento de las organizaciones de base, el apoyo a los procesos de descentralización del Estado y el desarrollo de organizaciones de la sociedad civil que proporcionen servicios y apoyo al fortalecimiento del capital social rural.

Teniendo claro este aspecto, se puede concluir que la pobreza rural en América Latina es un caso continuo en el tiempo y que hasta el día de hoy se produce, a lo mejor en menor medida en algunos países, pero en otras puede ser mucho mayor que en tiempos pasados.

Por lo tanto para poder erradicar la pobreza o combatirla de una mejor forma se tiene que tratar con mayor cuidado y darle una mayor importancia dentro de la situación de los países la importancia de la educación en la productividad, en un contexto de apertura comercial, en el que los agricultores deban adaptar continuamente la composición de sus cultivos, tecnología, elección de mercados. Esta es especialmente importante para aquellos que deban elegir empleos fuera de las fincas (migración) para sobrevivir, un mayor aporte por parte de los programas. Ya que el escaso beneficio proporcionado por los programas de extensión existentes, ya sea porque la tecnología provista no ha resultado ser rentable para los pobres, o porque la intensificación lleva a un fuerte abandono de trabajo fuera de sus tierras, la insuficiencia que resulta de la provisión de mayores extensiones de tierra no acompañadas por mejoras en los demás factores, capital físico y humano, tecnología, mejor infraestructura, y un marco de incentivos no discriminatorio, y finalmente poseer la posibilidad de que algunos pequeños agricultores, dados sus escasos recursos, no puedan abandonar la pobreza si no acceden a ingresos no agrarios.


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  • Soy Daniel, el geografo
  • De La Florida, Metropolitana, Chile
  • Bueno de nacionalidad chilena, Geografo. Personalidad normal, me gusta procesar las cosas y luego actuar, creo que todo en su justa medida puede hacer que la vida se de en forma precisa, o sea en su coccion adecuada. Me considera ademas muy cariñoso y simpatico, aunque si me me pillan mal parados aguanten porque va ha quedar la crema.
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