Valparaíso: Remodelación e Historia.: Su renovación y revalorizacion histórico- patrimonial en el Siglo XXI


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Pablo de Rokha escribió:

“ciudad de aluvión, estupefacta y cosmopolita,/ esplendor del basural del mundo-mundo-mundo,/ pujante de saberte inconcebible, enigmática, incorruptible,/ pisando abismos deshechos, trágica, catastrófica, apoyándote en pilares/ de puñales,/ no académica y no apolínea”

“La Belleza catastrófica ciñe tus sienes áureas, y lo contradictorio/ expresándose en edades tentaculares (...)
“tu estatura inverosímil, que derrama todas las copas de todas las/ formas, da pánico a la extranjería,/ porque retrata la audacia desenfrenada y suicida del chileno/ en suspenso (...)
Pintoresquismo no, dramatización de la existencia, tú, Valparaíso,/ borrachera de la existencia, cabellera de la existencia, escalera de la/ existencia y drama rugiente,/ que excluye todo lo superfluo y lo retórico-poético,”

Valparaíso tiene una particular forma de anfiteatro, a diferencia de un teatro común, consistente en una forma oval doble que se empina, y que permite la observación de un espectáculo en todo su perímetro y por todos los asistentes.

La primera percepción del visitante ante el trazado urbano de Valparaíso, especialmente en los cerros, es la de encontrarse en un intrincado laberinto, donde la línea recta y las paralelas no existen. Tampoco se dispone de ninguna representación exacta del mismo, no existen planos precisos de los cerros, y la única forma de orientación y aprendizaje de esa enmarañada trama, es a través de la repetición infinita de los recorridos posibles.

Única por su topografía, la ciudad se divide entre el plano y los cerros, introduciendo profundas distancias sociales entre uno y otro. Su desarrollo posterior va a confirmar y acentuar estos rasgos y la segmentación social, estableciéndose diferencias incluso entre los propios cerros, que constituyen mundos más o menos autónomos e independientes. A la división en clases y estamentos sociales se suma también la distancia que separa a extranjeros y nacionales, que ha dado origen a culturas y ambientes diversos, muchas veces encontrados. No obstante lo anterior, a raíz del proceso de decadencia que se inicia en el siglo XX, Valparaíso tenderá a una cierta homogeneización social, debido a la doble migración, tanto de los extranjeros y colonias residentes como de las clases altas. De ello da cuenta Edwards Bello cuando afirma que Valparaíso carece de clase alta, y que “la ciudad es de clase media y del pueblo”.
Un poco de Historia: Valparaíso, Puerto principal.
Valparaíso, por el rol de puerto del cono sur después del estrecho de Magallanes, tuvo gran importancia en el siglo XIX por su actividad comercial, financiera e industrial, transformándose en un escenario de vanguardia de la economía chilena en el siglo XIX.
Esto se debió a que durante ese siglo y principios del XX, el auge económico de la urbe porteña trajo consigo a inmigrantes que introdujeron las tendencias europeas y los rasgos culturales de sus respectivos países, creándose, entre chilenos y extranjeros, una sociedad pujante que llegó a estar a la vanguardia del desarrollo nacional.
La posición que ostentó Valparaíso como el mayor puerto del Pacífico durante gran parte del siglo XIX y después como el “San Francisco Chico” de la costa de América del Sur determinó que fuera una de las ciudades más cosmopolitas de la región y por cierto de Chile.

La masiva llegada de los extranjeros y la intensiva actividad que desencadenan origina tempranos cambios en la ciudad. Aceleradamente, los ingleses, en menor medida los alemanes y más escasamente los franceses, comienzan a ocupar los espacios del plan de la ciudad más próximos al puerto, para establecer sus casas comerciales y bodegas; área que compartirán con los chilenos más acaudalados. En el estrecho sector del plan, comienzan a abrirse nuevas calles, a edificarse nuevas construcciones y a establecerse el comercio extranjero.
Además se concretaron obras como la construcción del ferrocarril, la instalación de telégrafos, alumbrado público, agua potable y alcantarillado. Además de hitos importantes como la fundación del diario El Mercurio de Valparaíso (1827); la creación del la Bolsa de Valores de Valparaíso (1848); y la formación del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso (1851), el primero del país.
Esto se debió a las políticas económicas del Estado sumado a la influencia de los europeos en la actividad comercial, la cual pronto se hace sentir en la actividad portuaria, proyectándose durante buena parte del siglo como el principal puerto del Pacífico.

En esos términos, sin sujeción a normas ni límites, Valparaíso nace y crece espontánea y arbitrariamente, fenómeno que adquirirá toda su magnitud e intensidad, cuando a partir del siglo XIX, el explosivo incremento de su población y las limitaciones de espacio en el plan, llevara a sus habitantes a levantar sus moradas en los cerros de su accidentada topografía local.

El radical proceso de transformaciones se hace visible, en primer lugar, en el explosivo crecimiento demográfico de la ciudad. Si en 1810 Valparaíso poseía 5.000 habitantes, en 1850 había superado las 50.000 personas.

Con el inicio de la segunda mitad del siglo XIX, Valparaíso entra en su época dorada, y la trama urbana del plan acelera el ritmo de sus progresos urbanísticos. También en los espacios tradicionales, se empezaron a construir edificios de dos y hasta tres pisos, siguiendo los estilos nor-europeos, especialmente británicos, que reemplazaron las construcciones de estilo español, cambiando completamente el aspecto del plan, paralelamente el sector de El Almendral también experimentaba un proceso de expansión y de renovación urbanística que se materializo en calles más amplias y en la edificación de nuevas construcciones.

A partir de 1862 se inició un amplio mejoramiento de calles, a la par que entraba en servicio el ferrocarril urbano que coincidió con la terminación de las obras del ferrocarril entre Valparaíso y Santiago en 1863. El ferrocarril urbano fue uno de los grandes adelantos de la ciudad: sus carros tirados por caballos cubrían un recorrido de nueve kilómetros desde la estación ferroviaria de Barón hasta los almacenes fiscales.

La crisis del Siglo XX y la Restauración: Una Alternativa de Reconstrucción.

Con la inauguración del canal de Panamá, la ciudad pierde fuerza comercial debido a que dejar de ser el paso obligado de los barcos y vuelve a transformarse en una ciudad del sur del mundo. Otro aspecto interesante en esta decadencia es el cambio de la política económica del país ya bien entrado el siglo XX. La sustitución de importaciones que toma fuerza en los años 50 juega un rol crucial ya que, como se empieza a fomentar la producción interna, el puerto empieza a perder utilidad como receptor de producción extranjera. Todo esto apunta a una permanente decadencia de Valparaíso durante todo el siglo XX, que se ve reflejada en deterioro del patrimonio urbano, un estancamiento económico, y una creciente emigración de la población más joven, universitaria.
Es por este creciente deterioro que el último gobierno de la Concertación ha decidido restablecer y realzar a Valparaíso como lo que en su origen fue: una ciudad vanguardista, con un rico patrimonio y con buenas condiciones económicas que permitan a sus habitantes un bienestar general. Dentro del proyecto Bicentenario de nuestro país, el llamado “Plan Valparaíso” contiene variadas iniciativas, siendo la más reciente el “Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso”. Lo interesante de este programa y de esta iniciativa en general, es su sustento en el pasado, en el origen de Valparaíso. Así, no se pretende con este millonario proyecto llevar a cabo una “Haussmannización” de la ciudad, arrasando con todo e instaurando en su lugar una ciudad moderna, llena de autopistas y velocidad. No se pretende emular a Santiago, o a sus mismos vecinos de Viña del Mar, sino que lo que interesa es restaurar el patrimonio histórico de Valparaíso, lo que le dio vida, lo que la ha caracterizado durante toda nuestra historia. La idea es arreglar los barrios, el puerto, el borde costero, ensalzar los cerros, etc.
Lo esencial es contribuir a un mejoramiento de todos los aspectos degradados de la ciudad, incluyendo la economía, pero en función de lo que ya está, de la historia, sin borrar el pasado. Como los mismos ejecutores del programa señalan, el objetivo final de éste corresponde a “contribuir a la revitalización de la ciudad de Valparaíso, poniendo en valor el patrimonio urbano de la ciudad como fundamento de nuevas actividades económicas, culturales y sociales que beneficien a la población”.
Por lo tanto, Valparaíso es una ciudad que saca provecho de su historia, esa es precisamente la gracia de una urbe con un pasado lleno de cultura, un pasado que se reactualiza constantemente, que puede remodelarse sin perder su esencia, y que puede usar la modernización en un sentido constructivo, no destructivo. El proceso que se está dando acá es interesante precisamente porque aparece como una alternativa a la modernización que comúnmente conocemos mediante la literatura urbana, es un caso de modernización alternativa, que juega a favor de crear una economía próspera, pero que se basa en su atractivo turístico- histórico, en su singularidad.


Daniel Gallegos Estudiante Geografia UC
Felipe Godoy Estudiante Sociologia UC
Jorge Von Marées Estudiante Sociologia UC


1 Responses to “Valparaíso: Remodelación e Historia.: Su renovación y revalorizacion histórico- patrimonial en el Siglo XXI”

  1. Anonymous Anónimo 

    Me parece que la historia de Valparaíso tiene más de estratificación social que de identidad propiamente tal... y es que diferencia que uds plantean, como la de los cerros y el plan... con la costa... etc, tienden a dibujar una fragmentación que se busca adornar con una "multi-identidad"... o identidad de lo plural y lo diverso. Estamos ciertos que esta grandiosa ciudad (me parece grandiosa en todo aspecto, incluso a pesar de la discriminación que puedes sentir de su gente) tiene matices incomparables... es la cuna de una arquitectura y de una imagen que cuesta describir y que por eso mismo llega a asombrarte en cada rincón.

    Ahora... lo que no permitirá una "renovación urbana" en el sentido estricto del término, no es la diversidad de parajes o rincones... sino el rechazo de la gente a un cambio de algo que ni siquiera estan ciertos de que exista: uno es capaz de cambiar su aspecto y renovarse en la medida que conoce quien eres y lo que está cambiando, eso es algo que a Valparaíso le falta, le falta redescubrirse... reconocerse... conocerse más bien, saber quienes son... y con eso no me refiero con una "pseudo identificación" con lo plural... la pluralidad no es masa difusa, son elementos concretos que conviven juntos... en la medida que los ciudadanos (quienes hacen uso verdaderamente de la ciudad y no el santiaguino o el turista observador)reconozcan esos elementos, existirá un verdadero compromiso de renovar a la ciudad... compromiso que sellará el éxito de tal empresa.

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  • Soy Daniel, el geografo
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